Hay veces que te puedes sorprender incluso cuando estás haciendo algo que crees estar controlando. Hace unos días me pasó algo así.
El contexto: Camping de Berria, pegado al muro de El Dueso, en Santoña. Estaba atardeciendo y me dediqué a hacer fotos, experimentando un poco. Hice unas 40 fotos a la playa. Cuando las descargué al ordenador vi la foto y rápidamente le puse el título. Pero lo curioso es que no recuerdo haber visto a la niña cuando hice la foto.
Eso me hizo pensar. Está claro que la inmensidad es la del Atlantico que llega a las orillas de Cantabria, y la fragilidad la de una niña pequeña que se moja en esas aguas. Pero, al mismo tiempo, también puede ser la inmensidad de un futuro sin escribir y la fragilidad de un mar que estamos matando. ¿Tendrá esa niña un futuro para volver a mojar sus pies en un mar vivo, repleto de vida?
Una foto casi al azar, con una gran sorpresa. Una foto que me sigue dando que pensar
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